La Verdad

jueves, 7 de mayo de 2009

Niña de ocho años, violada y abandonada en hospital

El Seibo. Los juguetes que le han llevado médicos y enfermeras a su habitación para atenuarle los daños provocados por la violación sufrida por una niña de apenas ocho años, a pocos días de haber quedado huérfana de madre, evitan que la pena y la desesperanza apaguen totalmente su sonrisa.

Teresita -nombre ficticio- no ha salido del trauma y se teme que le tome mucho tiempo, tras haber sido violada en repetida ocasiones por un hombre, quien todavía no ha sido alcanzado por el brazo de la justicia. La violación le provocó daños a la pequeña que requieren de una operación para reconstruirle su órgano sexual.

La bestialidad, ocurrida hace varias semanas en la comunidad de Santa Rita, a pocos más de 12 kilómetros de esta ciudad, no sólo mueve a pena y toca la atención de todos, sino que pone los pelos de punta y "agua los ojos" de quien conoce ese pequeño ser, que a la pérdida de su madre por una enfermedad, pasó por otra tragedia de la que solo se dice: "el caso lo investigan las autoridades".

A veces Teresita se queda sola en su habitación, donde se recupera, pero se siente más segura que donde estaba. Tiene muñecos y muñecas, pero parece aislada, como si esperara que el amor materno llegará a la puerta.

Es de poco hablar, temerosa, frágil y sólo contesta cosas a las enfermeras y al pediatra que la atienden. Se sabe que el fiscal de menores, Wilfredo Pelegrín, tiene a cargo el caso, pero no hay nadie detenido y se teme que quien cometió la violación diluya las evidencias y el caso quede sin resolver.

Han ocurrido otras violaciones, pero la de Teresita es la más reciente, una niña que apenas habla, que al quedar sin el cuidado de su madre fue abusada sexualmente, con daños incalculables.

El pediatra que la atiende, ha advertido que pudiera pasar cualquier cosa; autismo, egocéntrica y otros daños emocionales y psicológicos que la marcarían de por vida.

Mirar a Teresita hace saltar las lágrimas, conmociona, pero ¿qué será de su vida? ¿Qué entidad o quién se puede hacer cargo de esta pequeña y evitarle mayores traumas? La impotencia es peor al no conocerse del responsable de un crimen de esta naturaleza que pudiera estar entre los cercanos, pero que más temor provoca que lo pueda repetir.

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