La Verdad

jueves, 7 de mayo de 2009

Piden tratar con delicadeza y cautela muertes en Herrera

La Iglesia Católica, el Congreso Nacional y la embajada dominicana en Haití salieron ayer al frente de los enjuiciamientos hechos por autoridades haitianas en el sentido de que en este país se estarían cometiendo atropellos contra los ciudadanos haitianos.

Monseñor Agripino Núñez Collado, quien se ha destacado como mediador en los conflictos nacionales; el presidente del Senado, Reynaldo Pared, y el embajador Rubén Silié, aclararon que los hechos violentos ocurridos en el sector de Herrera, en los que un dominicano y un haitiano resultaron decapitados, son aislados y no deben trascender la frontera amistosa.

Exhortó a las autoridades haitianas y dominicanas a tratar “con mucha delicadeza”, la muerte del joven haitiano en Herrera, para que no haya roce internacional.

Deploró la doble matanza y pidió a las autoridades dominicanas tratar el asunto con el mayor cuidado posible y si se puede identificar a los responsables llevarlos a la justicia.

“Aquí los haitianos están en todas partes y conviven en armonía con los dominicanos. Están en nuestros barrios, en el campo, en las calles, de modo que creo que las propias autoridades haitianas deben tratar también con delicadeza este caso y no encender una chispa que encienda un fuego innecesario”, reflexionó.

En Puerto Príncipe Rubén Silié condenó las muertes registradas, pero aseguró que no existe una persecución sistemática contra ciudadanos haitianos en República Dominicana.

Trabajadores

Convocado el lunes por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Haití según radio Métropole, el embajador agregó que se trata de un hecho aislado, ya que, según manifestó, millares de haitianos trabajan pacíficamente en los sectores de la agricultura y en la construcción de infraestructura en República Dominicana.

De su lado, Reynaldo Pared consideró “desproporcionados” los pronunciamientos del canciller haitiano Alrich Nicolas, quien expresó el pasado martes que el crimen ocurrido en Herrera pone en entredicho los valores de la sociedad dominicana. Estimó que la cancillería haitiana debió repudiar tanto la muerte del nacional haitiano como la del dominicano asesinado por un haitiano, y abogar porque no se cometan ese tipo de excesos.

Señaló que esas declaraciones fueron “poco tácticas e imprudentes” porque en la coyuntura actual los legisladores dominicanos están en un proceso de reforma constitucional y se debatirá si la nacionalidad dominicana se determinará por derecho de sangre (ius sangunis) o por derecho de nacimiento.

EN DEFENSA DE LOS ESTUDIANTES HAITIANOS
Agripino Núñez Collado defendió la conducta mostrada por los estudiantes de origen haitiano que están en las diferentes universidades del país.

Citó como ejemplo que en en el campus de Santiago de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) hay más de 600 estudiantes de Haití que dicen sentirse bien en las aulas, porque el tratamiento que reciben de los dominicanos es igualitario. Para el prelado católico, en este caso se impone la sensatez entre las autoridades haitianas y dominicanas.

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