La Verdad

lunes, 29 de diciembre de 2008

Campesinos narran matanza La Lomota

La Lomota, Navarrete.- A casi dos años de aquel fatídico día en que se produjo la matanza de La Lomota, los testigos mantienen presente en sus mente, como el primer día, los detalles de ese inusual tiroteo que convirtió a esa comunidad en un infierno, donde al menos nueve personas fueron ejecutadas por presuntas órdenes “superiores" dentro de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), y cuyas ejecuciones tendrían vinculación con el caso Paya.

Según los detalles de los lugareños, en conversación con el periodista Robert Vargas, de Ciudaoriental.com, en la apartada localidad entre Navarrete y Altamira, aquel día, “corrió un río de sangre”, detalles de cuyo hecho las autoridades han mantenido oculto y que ahora sale a la luz pública colocando al organismo antidrogas en el centro del torbellino.

Según la narración de esos campesinos, un grupo de hombre, alegadamente miembros de esa institución, se convirtió en un pelotón de fusilamiento. Según lo revelado en la matanza habría actuado un capitán de apellido Brito que en ese tiempo estaba de servicio en el noroeste, adscrito, supuestamente, a la DNCD. Se desconoce la identidad de las víctimas.



Se recuerda que por el caso Paya el mayor número de militares implicados, según los informes, pertenecen a la Marina de Guerra y que en algún momento fueron adscrito a la DNCD, por lo que estas nuevas revelaciones de presuntas ejecuciones anteriores a la masacre de los siete colombianos por un “tumbe” de drogas y dinero, despierta la duda de que estos episodios de lo que se trata es de una “ruptura” del crimen organizado dentro de los cuerpos castrenses, y de que el poder de los “superiores” haya caído sobre los “subalternos”.

Según publica Ciudadoriental.com, inicialmente fuentes de informaron que en el año 2006 fueron ejecutados nueve hombres en una operación supuestamente de la DNCD, sin embargo, versiones de los vecinos de La Lomota precisan que fueron cuatro, tres de ellos abatidos frente a una pequeña bodega de montaña, y el otro rematado algunos kilómetros más adelante.





La macabra historia relatada por los testigos detalla la frialdad con que habría actuado el grupo de presuntos militares que, supuestamente, cometió el asesinato acatando "órdenes superiores".


"Los agarraron por el cuello y después los mataron y nos dijeron: no se preocupen, aquí no ha pasado nada, aquí no ha pasado nada y si alguien viene a molestarlos llámennos de inmediato", le habría dicho el "fiscal" a Cirilo Ruales, un vecino del lugar que apenas unos minutos antes había visto como los cuatro hombres eran sacados de su negocio y asesinados a sangre fría.


"No se preocupe, aquí no ha pasado nada", le reiteraron. Pero don Cirilo y su mujer Erenia temblaban de miedo.


También, el señor Damaso Cabrera explica cómo ocurrieron los hechos, “nunca podían imaginar que en ese paraje de la cordillera Septentrional, donde los nubes acarician los arboles y el frío se le mete a cualquiera hasta los huesos, se produciría una escena tan violenta y sangrienta”.


"Ellos -los asesinados- vinieron en dos motores (del tipo saltamontes RX), y se pararon aquí a comer galletitas con salami. A uno de los motores se le acabó la gasolina y duraron mucho tiempo tratando de conseguir un poco de gasolina", dice.


Ninguno de los cuatro hombres era conocido en el lugar. La gente especula que "dos eran de Santiago y los otros dos de Navarrete". Todos los vecinos de La Lomota conocen la historia.


Gregorio Adames, otro vecino del lugar, narra que vio cuando bajaron por la carretera los cuatro vehículos “repletos” de hombres vestidos de negro "armados hasta los dientes" y "se metieron al colmado de Ciro", y señala que el ambiente se convirtió en un verdadero infierno con ráfagas de metralla y gritos de los soldados y de "los muchachos" que pedían clemencia.


"Ellos, -los militares-, agarraron a los muertos y al herido y los tiraron en una de las camionetas y también se llevaron los motores", dijeron los lugareños. Agregan que "por aquí vino mucha gente a averiguar".


Sin embargo, aunque el incidente sangriento se produjo supuestamente el día 2 de Febrero del año 2006, no ha sido sino hasta el pasado viernes 26 de diciembre que los primeros detalles de esa acción sangrienta sale a la luz pública.


El reportero que estuvo más cerca de ese incidente, Normando Díaz, (Azabache), fue asesinado a balazos un año y medio después en Santiago por motivos aún no aclarados por las autoridades.

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