Llegada de pasajeros tiene 10 meses en rojo

SANTO DOMINGO (7 Días).- La presencia en el país de la gripe AH1N1 podría ser un duro golpe para el turismo, un sector que viene arrastrando serios problemas desde el año pasado.

En el período enero-abril, la llegada pasajeros no residentes vía aérea decreció 4.8 por ciento, comparado con igual período de 2008, mientras que la llegada de dominicanos no residentes por esta misma vía bajó 2.87, y la de extranjeros, 5.02 por ciento.

En términos interanuales, hasta abril la llegada por los aeropuertos de pasajeros no residentes lleva diez meses consecutivos en números rojos.

Según las cifras preliminares reportadas por el Banco Central, el sector hoteles, bares y restaurantes (turismo) decreció 7.4 por ciento en el primer trimestre del año, comparado con igual período del año pasado.

Cuando se dio a conocer la aparición de la gripe A en México, el turismo dominicano salió “beneficiado”, de acuerdo con personas vinculadas al sector y las propias autoridades, debido al cambio de destino de los turistas.

Los primeros casos de gripe AH1N1 vinculados al país fueron precisamente de extranjeros que estuvieron de vacaciones en la región Este (principal zona turística dominicana), los cuales fueron diagnosticados a su llegada a sus países de origen.

Antes del anuncio oficial de los primeros casos de personas residentes contagiadas de la gripe A, el secretario de Salud había ordenado el uso de mascarilla a los empleados de los aeropuertos y lugares turísticos como forma de prevenir posibles contagios.

Luego del caso de un ciudadano ruso, que llegó a su país con AH1N1 tras pasar su luna de miel en la República Dominicana, no se ha dado conocer ningún otro extranjero contagiado el virus y que haya estado en destinos turísticos dominicanos.

A octubre del año pasado, a pesar de la crisis, el sector turístico tenía ocupadas 229,048 personas, lo que representaba el 6.3 por ciento del total en la economía. Además, es una fuente muy importante de divisa y de ingresos fiscales, y contribuye de manera preponderante con el sostenimiento de las finanzas públicas y el equilibrio del sector externo.

A esto se suma, los bienes intermedios y finales que demanda de otros sectores de la economía local.