La Verdad

miércoles, 20 de mayo de 2009

Esquea renuncia a candidatura PRD

El dirigente político Enmanuel Esquea Guerrero renunció ayer a su candidatura a la presidencia del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), motivado por los acuerdos a que han llegado los líderes de grupos Miguel Vargas, Hipólito Mejía y Luis Abinader.

En una carta enviada a la comisión organizadora de la XXVII convención del PRD, Esquea expresa que contaba con el apoyo de Mejía, Abinader y gran parte del liderazgo ortodoxo y tradicional, así como de diversos líderes emergentes y juveniles.

“La dificultad surgió cuando el compañero Miguel Vargas decidió postularse para la presidencia del partido, a pesar de la incompatibilidad que establece el artículo 185 de los estatutos”, explica.

Con la renuncia de Esquea solo quedan Vargas y Juan Carlos Guerra inscritos oficialmente a la candidatura, aunque anunció que aspira el actual presidente Ramón Alburquerque.

Recordó que Abinader le motivó a aspirar y Vargas le había pedido apoyo en su campaña pasada, y que quien parecía ser su obstáculo, Hipólito Mejía, le ofreció su solidaridad.

Dijo que ese apoyo se mantuvo hasta el momento en que esos dirigentes se presentaron ante la comisión organizadora haciendo causa común con los representantes de Vargas y presentaron propuestas que, además de violar los estatutos, solo benefician las aspiraciones de este último.

“Es evidente, distinguidos compañeros y compañeras de la Comisión Nacional Organizadora, que si los tres grandes líderes del partido han logrado ponerse de acuerdo en este momento sobre esos acontecimientos, estamos seguros de que ellos sabrán hacer lo mismo en el futuro para preservar los mejores intereses del Partido Revolucionario dominicano”, resaltó.

Restaurar disciplina
Esquea expresó que esa unidad satisface sus más profundas aspiraciones. “Todos los que me impulsaron a aspirar a la presidencia del Partido Revolucionario Dominicano lo hicieron principalmente, sobre la base de que el PRD necesitaba la dirección de alguien que por no pertenecer a ningún grupo ni tener un proyecto personal, pudiera definitivamente organizarlo, restaurar la disciplina desaparecida y servir de árbitro entre las diferentes tendencias que convergen en el mismo”, aseveró.

Expone que la aspiración de Vargas dividió inmediatamente a la organización entre los que pasaron a justificar esas aspiraciones, muchos de los cuales le habían apoyado inicialmente, y los que estaban opuestos a ella, entre los cuales se mantuvieron los partidarios de Mejía y Abinader.

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