Ike se reduce a tormenta tropical tras barrer costa de Texas

GALVESTON, Texas, EE.UU. - Los equipos de rescate recorrieron el sábado las calles cubiertas de agua y escombros en busca de los que se negaron a evacuar sus hogares e insistieron en aguantar la furia del huracán Ike, que destrozó las ventanas de los rascacielos, dejó sin electricidad a millares de personas e inundó miles de casas a medida que barría la costa texana.
Las autoridades estatales y municipales comenzaron la búsqueda de sobrevivientes al mediar la mañana, horas después que Ike tocara tierra en Galveston con vientos de 176 kph (110 mph), copiosas lluvias y enormes olas. Durante la noche, las centrales telefónicas de los servicios de emergencia recibieron miles de llamadas de residentes asustandos que desobedecieron las órdenes de evacuación obligatoria.
"Esto es la democracia", comentó Mark Miner, vocero del gobernador Rick Perry. "Las autoridades municipales pueden ordenar evacuaciones en términos muy enérgicos. El gobernador Perry puede emitir advertencias contundentes. Empero, no se puede obligar a la gente a abandonar sus casas. Adoptaron la decisión de capear la tormenta y las encomendamos en nuestras plegarias".
La tormenta, que mató a más de 80 personas en el Caribe antes de llegar a Estados Unidos, se cobró por lo menos dos vidas en Texas, aunque se prevé que la cifra aumentará. Una mujer falleció la madrugada del sábado al caer un árbol sobre su casa cerca de Pinehurst, en el condado de Montgomery, que la aplastó mientras dormía. Un muchacho de 19 años cayó a un arroyo cerca de Corpus Christi y fue arrastrado por la corriente.
Ike, reducido a tormenta de categoría 1, se desplazaba tierra adentro, con el vórtice justo al sudeste de la localidad texana de Palestine y con rumbo norte a 25 kph (16 mph). Los vientos tenían rachas de 96 kph (60 mph), con la posibilidad de tornados, informó el sábado Centro Nacional de Huracanes.
Arboles caían, las aguas cubrían las calles y rutas y millones de personas carecían de electricidad.
Miles de hogares y edificios gubernamentales quedaron inundados, el agua se llevó extensas secciones de carreteras y varios incendios ardieron descontrolados al no poder acercarse los bomberos. Empero, el mayor temor es la suerte corrida por decenas de miles de personas que desobedecieron las órdenes de evacuación obligatoria y que tendrán que ser rescatadas de casas y barrios inundados.
Varios incendios seguían ardiendo sin control alguno en Houston, y las operadoras del servicio telefónico de emergencia 911 recibieron unas 1.250 llamadas en 24 horas, dijo Frank Michel, vocero del alcalde de Houston Bill White.
Miles de personas que desafiaron la orden de desalojo acaso necesitaban ser rescatadas de casas y barrios inundados.
"La verdad lamentable es que vamos a tener que entrar ... y poner a nuestra gente en la agobiante situación de salvar a la gente que no tomó una decisión prudente. Probablemente realizaremos la operación de búsqueda y rescate más grande que se haya realizado en el estado de Texas", dijo Andrew Barlow, vocero del gobernador Rick Perry.
La tormenta comenzó a abandonar Houston el sábado por la mañana. Se encontraba a unos 24 kilómetros (15 millas) al este-noroeste del aeropuerto intercontinental de Houston, y enfilaba rumbo a Arkansas.
El ojo de la tormenta tocó tierra en Galveston a las 3:10 de la madrugada como huracán de categoría dos.
"Para nosotros, fue de categoría 10". dijo el jefe de los bomberos de Galveston Mike Varela al ser preguntado que comparara a Ike con otros anteriores como Rita, del 2005. Varela dijo que los bomberos respondieron a unas 60 alarmas antes de suspender sus operaciones hacia las 8 de la tarde del viernes (0000 GMT del sábado).
Más de 1,3 millones de clientes _o 2,9 millones de personas_ se quedaron sin electricidad, y los suministradores advirtieron que podría tomar semanas restablecer el servicio.
Aunque cerca de un millón de personas desalojaron las comunidades costeras cercanas al lugar donde tocó tierra la tormenta, las autoridades de cuatro condados señalaron que aproximadamente 140.000 no obedecieron las órdenes de evacuación obligatoria.
Los bomberos rescataron a casi 300 personas que cambiaron de parecer y huyeron en el último minuto abriéndose camino con dificultad por las calles inundadas, cargando ropa y otras posesiones.
"No sabemos qué vamos a encontrar. Esperamos encontrar con vida y bien a la gente que decidió quedarse", dijo la alcaldesa de Galveston Lyda Ann Thomas. "Mantenemos los dedos cruzados para que toda la gente que se quedó en la Isla de Galveston haya lograd sobrevivir a esto", agregó.
Incluso antes de que Ike llegara a tierra, los helicópteros de la Guardia Costera habían rescatado a 103 personas en la Península Bolívar, cerca de la isla de Galveston, dijo la suboficial Ayla Stevens.
"Había gente en los tejados, en automóviles", agregó la mujer.
Empero, no todo fueron malas noticias: un carguero que quedó a la deriva por una avería en sus generadores de electricidad aguantó el paso del vórtice del huracán sin mayores novedades, y un remolcador se dirigía para socorrerlo y rescatar a sus 22 tripulantes. Y en el condado de Calhoun, una evacuada dio a luz a una niña en el retrete de un refugio.
La marejada ocasionada por la tormenta llegó a un barrio cercano al Centro Espacial Johnson, donde el alcalde de Houston Bill White intentó convencer a la gente para que dejara el lugar.
En Washington, el presidente George W. Bush dijo que "algunas personas no partieron cuando les pidieron que lo hicieran. Estoy al tanto de los equipos de rescate en la zona".
"Mientras tanto, el Departamento de Energía y las autoridades estatales seguirán de cerca la crisis de gasolina para que no se estafe a los consumidores", dijo el presidente desde la Casa Blanca, tras recibir un informe de Chertoff.

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