Otro hombre a prisión por crimen de coronel González

El juez del Juzgado de Atención Permanente del Distrito Nacional envió ayer a prisión a otro hombre implicado en los asesinatos del ex coronel José Amado González González, el empresario Rubén Soto Hayet y de Omar Antigua, este último supuesto lugarteniente de José David Figueroa Agosto.

El magistrado José Reynaldo Ferrera Jimeno envió por un año a la cárcel de Operaciones Especiales de la Policía a Diómedes Moya Durán (Oreja), hasta tanto el Ministerio Público concluya con las pesquisas.

En torno al caso guardan prisión también Gian Enrique Rojas Matos y Ricardo Pérez Mateo.

Rojas Matos y Pérez Mateo están acusados del asesinato de González González, el 24 de diciembre pasado; Omar Lantigua, el 31 de enero; y Soto Hayet, el 14 de mayo.

El magistrado argumenta en su decisión que el abogado del imputado, Miguel Paulino, no presentó presupuestos que puedan avalar su puesta en libertad y que existe peligro de fuga.

El tribunal acogió un dictamen de prisión preventiva en contra del imputado presentado por la fiscal adjunta, Cándida Ramos, coordinadora del Departamento de Crímenes y Delitos Contra la Persona de la Fiscalía del Distrito Nacional, por entender que existe peligro de fuga.

En la vista de medida de coerción, el imputado admitió en el tribunal que estuvo presente en el momento en que fue asesinado el 24 de diciembre pasado el coronel González, pero alega que presenció el hecho por curiosidad.

Negó que tuviera algún tipo de participación en su asesinato, así como en las muertes de Soto Hayet y Omar Antigua. “Yo no tengo que ver con esos hechos, soy inocente de los hechos que se me imputan”, declaró Moya Durán cuando era sacado del tribunal y conducido en un vehículo bajo estrictas medidas de seguridad a operaciones especiales de la Policía, donde guardan prisión los demás imputados.

La Fiscalía del Distrito basó su pedimento en virtud de que durante un experticio se pudo determinar que salieron y entraron llamadas de los celulares de los imputados en los alrededores donde ocurrieron los asesinatos, tanto en la repostería La Francesa, en el parqueo de Carrefour, como en la avenida Anacaona.