Haití necesita un plan largo alcance
El caos y la inseguridad amenazan la continuidad de las operaciones de distribución de alimentos en Haití, ya que la llegada de los camiones con paquetes de ayuda genera casi siempre tumultos y escenas de gran excitación.
Muchos puntos de concentración de damnificados llevan cinco días sin recibir ni un gramo de ayuda alimentaria, como es el caso de los miles de refugiados de Peguyville, que cinco días después del terremoto de 7 grados en la escala de Richter, solo han visto llegar un camión con agua potable.
En toda la capital comienzan a proliferar pancartas y letreros junto a los innumerables campos de refugiados con mensajes simples como "SOS" o "Help" escritos en varios idiomas, a veces acompañados de frases como "Necesitamos de todo".
En los comercios del centro de la ciudad, los saqueos continúan casi con impunidad: grupos de muchachos se cuelan en comercios cerrados o almacenes y arrojan desde el tejado todo tipo de mercancías a los miles de personas que los reciben abajo.
Los militares de la ONU pasan por delante sin intervenir, mientras que la policía haitiana dispara al aire sin éxito.
"Nunca anunciamos el lugar donde vamos a repartir la comida para evitar tumultos", señaló el capitán Marco León Peña, del contingente boliviano de la Minustah.
La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció el "atasco" en el aeropuerto, donde se ha impedido el aterrizaje a varios vuelos con ayuda.
Estados Unidos se plantea sacar a Haití de entre las ruinas como un proyecto a largo plazo, mientras los brotes de violencia y las demoras en el reparto de ayuda suponen los retos más inmediatos.
El presidente estadounidense, Barack Obama, firmó una orden ejecutiva que autoriza el uso de las reservas de las Fuerzas Armadas para apoyar la misión humanitaria.
Unos treinta equipos de todo el mundo buscaban sobrevivientes entre los escombros cuando el período de 72 horas, considerado crítico, ya se había agotado y eran cada vez menos los rescates milagrosos.
Por otro lado, siete hospitales de campaña enviados por distintos países ya han llegado a Puerto Príncipe, donde una de las mayores prioridades es atender a los miles de heridos que se acumulan sin poder ser atendidos, dijo una fuente de la ONU.
Hasta ayer, un total de 70 mil cadáveres habían sido enterradas, mientras que el Gobierno decretó el estado de emergencia hasta el fin de mes y un perído de duelo nacional de 30 días.
Etiquetas: Temblor de 7 grados, Tragedia en Haití
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