La Verdad

martes, 22 de diciembre de 2009

LF entregó cajas en el Sur; su meta es reactivar economía

BAHORUCO. El presidente Leonel Fernández se trasladó ayer a la parte Sur del país para entregar miles de canastas navideñas a familias pobres y dijo que entre sus principales metas del próximo año se encuentran continuar reactivando la economía nacional.

Al decir de Fernández, durante el mes de diciembre se ha comenzado a sentir una reactivación económica. "Para el año próximo aún más, con eso, obviamente, mejorará el bienestar social de la población dominicana, esa es nuestra meta fundamental, que la economía logre reactivarse para el 2010", sostuvo el mandatario.

Sobre la entrega de cajas conteniendo alimentos, Fernández sostuvo que las mismas se han convertido en un tradición y que la principal meta del Gobierno es tratar de llevar alimentos a las familias pobres del país.

El Presidente entregó primero canastas a familias pobres de Neyba, en Bahoruco, luego se trasladó a Azua y culminó su recorrido en la provincia de San Cristóbal.

Estudiará indulto
El Presidente Fernández señaló además, que los indultos están a cargo de la Procuraduría y que cuando reciba la lista los estudiará junto al Consultor Jurídico del Poder Ejecutivo.

Desorden en filas


Desde tempranas horas de la mañana, cientos de personas, incluyendo ancianos y niños desafiaron el candente sol, empujones, así como maltratos de la seguridad presidencial y realizaron largas filas para recibir su canasta.

A pesar que el acto estaba pautado para iniciar a las 10 de la mañana en Neyba, no fue hasta pasado el mediodía que comenzó con la llegada del Presidente.

Algunos de los beneficiados llegaron a las 6 de la mañana el punto de encuentro para lograr un buen puesto en la fila y conseguir un caja conteniendo arroz, aceite, vinos y otros productos, tal fue el caso de Gloria Cáceres, de 58 años de edad y madre de cinco niños.

Otros residentes de Bahoruco y Azua aprovecharon la presencia de los medios de comunicación para reclamar acueductos, calles, escuelas y otras obras.

Fernández se limitó a la entrega simbólica de tres o cuatro cajas a beneficiados, pero luego las mismas eran entregadas por empleados del Plan Social y militares, lo que provocó un desorden mayor en algunos puntos, tal fue el caso del municipio de Galván, donde los empujones no faltaron y otros denunciaron favoritismo en la distribución.

En cada punto que Fernández visitaba era aprovechado por militares de la guardia presidencial para entregar dinero en "sobrecitos" de denominaciones de entre RD$300 y RD$500 a las personas de las diferentes comunidades.

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