DNCD y Marina siguen búsqueda de posibles pacas de coca donde cayó avioneta

MATANZAS, Provincia Peravia.- Un equipo combinado de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) y la Marina de Guerra reinició esta mañana la búsqueda de otras posibles pacas de cocaína y del fuselaje de una avioneta que cayó al mar la madrugada del martes, a cinco millas de la costa, operación en la que fueron recuperados 120 paquetes del alcaloide y el cadáver de un tripulante. El mayor general Gilberto delgado Vahadles, jefe de la DNCD, instruyó al personal que trabaja junto a los oficiales de la Marina y la Fuerza de Tarea Interagencial (Deproser) para que haga todo y cuanto esté a su alcance, a los fines de localizar más cocaína de la que cargaba la avioneta, aparato que se precipitó a las 2:00 de la mañana del martes.

“La labor de búsqueda fue reiniciada en las primeras horas de la mañana de este miércoles y estaremos en la zona, junto a las demás instituciones, hasta que no se tenga la precisión de que han sido recuperada toda la droga que transportaba esta aeronave ilegal”, precisó el oficial en una declaración ofrecida por su vocero, Roberto Lebrón.

Durante la búsqueda desplegada la víspera, por aire y por mar, fueron recuperadas cuatro pacas de 30 paquetes cada una, los cuales fueron remitidos al laboratorio forense en las primeras horas de este miércoles para que sean analizados. Esos paquetes pesaron provisionalmente poco más de 120 kilogramos, informó Lebrón en la nota escrita.

Los primeros en llegar a la zona del accidente fueron los miembros de la División Regional Sureste, con asiento en Baní, a quienes poco después se sumaron los miembros de la Marina del Deproser para proceder a recuperar las cuatro pacas de cocaína y el cuerpo de un tripulante de la aeronave, cuya procedencia todavía es desconocida.

Y sobre el cuerpo del tripulante, el cual fue remitido al Instituto de Patología Forense, Lebrón sostuvo que se trata de un hombre de la menos 32 años, de tez blanca, ojos azules y de al menos 5.5 de estatura. El cuerpo fue recibido en la Base Naval, de manos de los miembros de la DNCD y de la Marina, por el legista Walter López Pimentel, quien dispuso que fuera enviado a Patología Forense, en Azua.