Comienzan a surgir las primeras voces que piden a gritos que la única manera de corregir el grave problema del dopaje dentro del béisbol profesional no es otra que imponer castigos "severos" para los que traten de hacer trampas.
Entre estos que han sido categóricos a la hora de pedir soluciones válidas se encuentran en manejador venezolano Ozzie Guillén, de los Medias Blancas de Chicago, el toletero dominicano David Ortiz, de los Medias Rojas de Boston, y el lanzador zurdo Jamie Moyer, de los Filis de Filadelfia.
Su argumento, es el mismo que tienen la mayoría de los aficionados y los expertos que conocen a fondo el dopaje en béisbol profesional, que no será erradicado mientras no haya castigos severos que puedan acabar con la carrera de los peloteros que se arriesguen a consumir substancias prohibidas.
Ortiz dijo que los peloteros que den positivo a pruebas de esteroides deben ser suspendidos del béisbol por toda la temporada, algo que todavía se queda corto en comparación con los dos años que se aplican en el resto de los deportes como el ciclismo y el atletismo, entre otros.
El bateador designado de los Medias Rojas destacó que la manera de limpiar el deporte del béisbol es a través de pruebas y no llevando a los jugadores ante los tribunales.
Su compatriota, el campo corto de los Astros de Houston, Miguel Tejada, la pasada semana se declaró culpable, en Washington, de mentirle al Congreso acerca del uso de drogas para mejorar el rendimiento en el béisbol.
"Ha llegado la hora de que desaparezca la sombra que existe sobre el comportamiento de todo el deporte del béisbol cuando hay grandes deportistas que jamás han consumido ningún tipo de substancias prohibidas", señaló Ortiz.
El pasado fin de semana, Guillén, también en declaraciones al "Chicago Tribune", se mostró partidario que se impusiese el castigo de un año, en lugar de los 50 partidos que están establecidos ahora para quienes den el primer positivo al consumo de esteroides.
"Siento que tenemos que hacer algo dramático acerca de esta situación", declaró Guillén. "No es bueno lo que está sucediendo dentro del béisbol profesional".
Por su parte, el veterano Moyer, de 46 años, que jugó con Alex Rodríguez, el último de las estrellas del béisbol profesional que reconoció haber consumido esteroides, fue categórico al decir que a su ex compañero le tenían que corregir todos los récords que ha conseguido.
"Es necesario que se le haga una revisión de las marcas que logró en las temporadas que consumió substancias prohibidas", comentó Moyer. "Si no se hacen ahora cambios importantes dentro del béisbol, entonces creo que no se va a solucionar nunca el problema del dopaje".
En la misma dirección apunto el manejador de los Dodgers de Los Ángeles, Joe Torre, que también dirigió a Rodríguez cuando estuvo con los Yanquis de Nueva York.
"El deporte del béisbol tiene la gran oportunidad de hacer importantes modificaciones tanto en el reglamento como en el libro de marcas que se han conseguido hasta ahora", valoró Torre. "La realidad impone que se asuma con seriedad todo lo negativo que está sucediendo y dar soluciones válidas y permanentes".
Pero mientras, el hombre que ocupó su puesto con los Yanquis, Joe Girardi, dijo que había que apoyar al máximo a Rodríguez cuando mañana, martes, de una rueda de prensa para hacer la presentación en los campos de entrenamiento.
Girardi dijo que va a estar allí para mostrar su apoyo a Rodríguez, lo mismo que varios compañeros del equipo que desean asistir.
"Pienso que eso muestra la unidad del equipo y es muy importante", comentó Girardi. "Siempre va a ver problemas y los compañeros deben aparecer en los momentos difíciles".
En febrero del año pasado, cuando el lanzador Andy Pettitte arribo para una difícil rueda de prensa, también con el fantasma del dopaje de fondo, se encontró inesperadamente con que Derek Jeter, el puertorriqueño Jorge Posada y el panameño Mariano Rivera estuvieron allí para apoyarle.
Los problemas de Rodríguez comenzaron el pasado 7 de febrero, cuando la revista Sports Illustrated informó en su página web que el tercera base de los Yanquis estaba en una lista de 104 jugadores de Grandes Ligas que arrojaron positivo en análisis de drogas en el 2003.
Dos días después, Rodríguez, en entrevista exclusiva con la cadena de televisión ESPN, admitió haber consumido esteroides desde el 2001 al 2003, mientras estuvo con los Vigilantes de Texas.
Pero al margen del apoyo que pueda tener de los compañeros y el equipo, Rodríguez que gana un salario anual de 27 millones de dólares, también ha contratado a una firma especializada en trabajar la imagen durante un momento de crisis.
Tal vez esa misma compañía haya sido la que le pidiese a Rodríguez que llamase personalmente a la periodista Selena Roberts, de la revista Sports Illustred, a la que durante la entrevista con ESPN denunció de ser la causante de haber salido a la luz todas las cosas negativas sobre su dopaje y "mentiras".
Etiquetas: Deportes
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