La Verdad

sábado, 24 de enero de 2009

Obama intenta evitar posiciones causantes de división


WASHINGTON.- Barack Obama inauguró su presidencia rompiendo drásticamente con el impopular gobierno de George W. Bush, pero en buena medida evitó posiciones ideológicas y partidistas causantes de división. Se concentró, en cambio, en intentar solucionar la grave crisis económica, en reparar una vapuleada imagen en el exterior, y en hacer una limpieza del gobierno.

"Tenemos una gran oportunidad de cambiar este país", dijo Obama a sus principales asesores al día siguiente de su juramentación. "El pueblo de Estados Unidos cuenta realmente con nosotros ahora. Tratemos de aprovechar esa (oportunidad)".

En los primeros días tras su llegada a la Casa Blanca, Obama ha desplegado una gran actividad, con el propósito de mostrar que está cumpliendo con su promesa de traer cambios. Sin embargo, los desafíos a nivel nacional e internacional se siguen acumulando, y es dudoso que la vida cambie de manera drástica para Estados Unidos en el futuro inmediato.

Los principales temas de la agenda: estabilizar la economía y poner fin a la guerra en Irak, son tareas complejas que no pueden resolverse en poco tiempo. Inclusive mientras Obama formulaba declaraciones y firmaba una serie de órdenes ejecutivas para poner fin a pautas impuestas por Bush, sus acciones han dejado muchos interrogantes sin responder, o sin resolver. Eso incluye cuándo cerrará la prisión militar de Bahía de Guantánamo. En esa zona están alojados presuntos terroristas, la mayoría de los cuales nunca fueron llevados a juicio.

En otros casos, cuando Obama estableció nuevas normas, también señaló que éstas serán aplicadas de manera selectiva.

Por ejemplo, ordenó que los interrogadores de prisioneros sigan las técnicas recomendadas en el Manual de Campo de Batalla del Ejército, que prohibe la tortura. Sin embargo, también ordenó evaluar otros métodos de interrogación que prohibe el manual del ejército, para prisioneros considerados "valiosos" debido a la información que podrían proporcionar.

Y aunque las nuevas normas limitan las previas actividades de cabilderos de funcionarios actuales, ya se han hecho excepciones para al menos dos altos funcionarios.

"Es siempre una tarea delicada mantener una coalición e intentar ampliarla", dijo George Edwards, profesor de ciencias políticas de la universidad A&M, de Texas. "El está adoptando acciones en la dirección correcta para complacer a sus seguidores". Y, "si no ha causado indignación inmediata de los republicanos", añadió Edwards, "es por que ha hecho todo lo posible para acercarse a ellos".

Ciertamente, algunos republicanos están descontentos con el plan de estímulo económico de Obama y con el cierre de Guantánamo. Pero sus protestas son por ahora en sordina, tal vez porque poco de lo hecho por Obama ha sido una sorpresa. Tanto durante su campaña como en el curso de la transición, preparó al país y al Congreso para sus primeros pasos, y ha puesto énfasis en un enfoque bipartidista, pragmático. Además, disfruta de un amplio respaldo popular.

Obama viene insistiendo desde hace mucho en que hay que poner las soluciones por encima de cuestiones partidistas. Y no parece muy dispuesto, al menos por ahora, a crear grandes divisiones ideológicas.

En ese sentido, hay un drástico contraste con el previo presidente demócrata. En 1993, Bill Clinton intentó poner fin a la prohibición de que los gays no pudieran servir en las fuerzas armadas. Eso fue elogiado por los liberales y repudiado por los conservadores. Además, causó indignación en el Congreso y en las fuerzas armadas, pues esas instituciones no habían sido consultadas.

En la última semana, sólo en una ocasión Obama corrió riesgo de alentar las pasiones partidistas. Fue cuando revocó la prohibición de financiar a grupos internacionales que proporcionan o promueven el aborto. Pero lo hizo de una manera casi solapada. La orden fue divulgada a últimas horas de la tarde del viernes, con escasa fanfarria. El tópico se ha convertido en una especie de pingpong político entre presidentes republicanos y demócratas. Cada vez que viene un demócrata, levanta la prohibición. Cada vez que viene un republicano, la vuelve a imponer.

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