La Verdad

viernes, 7 de noviembre de 2008

Se lanzó a la aventura en yola para esperar a sus hijas en Puerto Rico


SAN FRANCISCO DE MACORÍS, República Dominicana.- San Francisco no es una ciudad costera, pero el mar forma parte de las conversaciones de sus ciudadanos, de sus triunfos, de sus sueños de progreso económico y, para algunos, de la posibilidad de vivir con bienestar la unidad familiar.

También por el mar llegan grandes tragedias, tan grandes como la muerte de Natividad Nolasco Castillo, una mujer de 34 años, que partió a Puerto Rico de forma ilegal en la embarcación que zozobró cerca de Turcas y Caicos, para recibir en la vecina isla a sus hijas de 10 y 12 años.

"El papá venía a buscarlas. Ella quiso adelantarse para cuando las niñas llegaran, estar en Puerto Rico. Se fue adelante y mira lo que sucede", cuenta Martina Castillo, madre de Natividad, mientras vende mercancía en un colmado ubicado en la Vía Férrea de esta ciudad.

Natividad tiene cuatro hijos, el mayor, de 20 años y una adolescente de 17 años. Ellos vivieron parte de su infancia sin ella, que probó suerte en Puerto Rico, donde residió durante unos ocho años y dio a luz a las niñas.

Martina cuenta parte de la historia de la vida de su hija en Puerto Rico con un gesto que gira entre el dolor y la rabia, porque nunca apoyó la idea de que Natividad volviera a Puerto Rico.

"Ella tuvo problemas porque se casó con un hombre por negocio y el hombre la quería para él. Ella no quiso y se juntó con otro, con el que tuvo las dos hijas y el primero (con quien se casó para legalizar su estatus) la denunció y cayo presa, porque no tenía papeles", cuenta, mientras ve las noticias del viaje.

Natividad murió camino a un hospital de Turcas y Caicos, luego de que fuera rescatada junto a Gregorio María Marizán y su hermano Saulo María; y Franklin Francisco Almánzar Paulino, junto a su hijo Álvaro. Los sobrevivientes llegaron al país el miércoles en la tarde.

De acuerdo con la versión de los familiares de los desaparecidos, el viaje partió desde Samaná con destino a Puerto Rico con 33 personas a bordo, el domingo 19 de octubre. Más de 20 pasajeros desaparecieron.

Mientras estos detalles se repiten una y otra vez en los noticieros, Martina recibe la solidaridad de vecinas como Francisca Acosta, que también ha vivido la incertidumbre que trae el mar a esta ciudad. Hace cuatro años, un hijo de Francisca se fue a Puerto Rico en yola y por suerte llegó con vida. "Me manda mi dinerito, pero no es que está tan bien allá", comenta entre lágrimas.

Cuando su hijo llegó a Puerto Rico, ya contaba con una red de vecinos, amigos y parientes.

El tema de los viajeros ilegales por yola o por vía aérea, oriundos de San Francisco de Macorís, se discute hace más de 30 años.

En 1981, una comisión del Congreso debatía el problema de los viajes y ponía énfasis especial en la costa Nordeste y en San Francisco de Macorís. Los congresistas se quejaban de la supuesta benignidad de la Justicia para con los organizadores.

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