Los cacaocultores pequeños, unidos en creación de riquezas

Kaelis Bautista/Clave Digital

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El aroma del cacao orgánico de pequeños y medianos productores dominicanos inunda los exigentes mercados de Suiza, Alemania, Holanda, Francia, Inglaterra, Bélgica, Estados Unidos y Canadá.

La red, que a través de la Confederación Nacional de Cacaocultores Dominicanos (CONACADO), agrupa a más de 10 mil productores, exportó 11,576.18 toneladas y generó divisas por US$44.5 millones durante 2007-2008. En el 2006-2007 la red exportó más 12 mil toneladas por valor de US$32.5 millones. El valor de las ventas creció en US$12.0 millones.

Los cacaocultores reciben en la actualidad de manera directa más del 70% del valor de las exportaciones, debido a que están organizados en 182 asociaciones, que a su vez integran nueve bloques regionales. Después de la cosecha los bloques se encargan del manejo del producto para que sea de alta calidad y lo comercializan de manera directa sin intermediarios.

Antes de fundada la confederación, en octubre de 1988, apenas recibían un 45% del valor de las exportaciones de cacao, recordó Domingo Bautista, secretario de organización de la Asociación Amigos del Progreso de Secadillo, Yamasá, Monte Plata.

Isidoro de la Rosa, director ejecutivo de CONACADO, refirió que de la crisis generada por altos costos y bajos precios a finales de la década de 1980 salió la oportunidad de unir voluntades y comenzó el proyecto de asociación que ha mejorado la calidad del cacao y ha conseguido mercados atractivos.

En esos principios contaron con el apoyo de la GTZ (Cooperación Técnica Alemana) y de la Secretaría de Agricultura. Durante estas dos décadas los productores han hecho camino peldaño a peldaño. De la Rosa recordó que en 1988 comenzaron con una producción de 300 toneladas y el período 2007-2008 cerró con una cosecha de 13 mil toneladas, de las cuales exportaron el 90% a Europa, donde tienen como clientes a los principales procesadores mundiales.

Los bloques o empresas asociativas están ubicados en San Francisco de Macorís, Yamasá, Hato Mayor, Altamira, Bonao, Gaspar Hernández, Cotuí, Castillo y Nagua y cultivan 447,647 tareas. El promedio de tareas por productor es de 48.


Domingo Bautista, de 59 años, socio de este bloque, explica que los productores hoy día están al tanto de las fluctuaciones de los precios internacionales, información que antes ignoraban.

Bautista refiere que los agricultores llevan el cacao picado en baba al bloque, donde les pagan el quintal al precio del día, pero en el mes de octubre de cada año, cuando finaliza el período de la cosecha, la organización les devuelve un completivo que dejan las exportaciones después de sacar los gastos operacionales.

En octubre pasado el completivo entregado fue de RD$1,100 por cada quintal vendido.

Bautista y su hija Idaisa, de 21 años, tienen sembradas 60 tareas propias en Antoncí y 130 tareas en arrendamiento, de las cuales cosecharon 46 quintales que vendieron cada uno al precio de RD$3,500 (RD$161,000) y recibieron en octubre pasado el completivo de RD$50,600. “A cada productor le dejaron en acciones RD$100 por cada quintal vendido”, expresó Bautista, quien comenta que su situación económica ha mejorado “en un giro de 190 grados” a partir del año 2000 cuando los precios del cacao repuntaron en el mercado internacional.

Andrés Rivera, presidente en funciones y secretario de organización del Bloque 2, dijo que la organización promueve la integración de los jóvenes a la producción para preparar el relevo generacional.

Según Emilio de la Cruz, técnico agrónomo, el 12% de los asociados son jóvenes, a algunos de los cuales sus padres les han donado una porción de terreno.

Dentro de este programa está incluida Ana Rodríguez, de 30 años, estudiante de Educación en la Universidad Evangélica, a quien su madre Francisca de la Cruz le donó 10 tareas de 20 que tiene en El Caimito.

Ana viaja una vez a la semana a la universidad en la capital. Ella y su madre cosecharon este año 10 quintales y ganaron RD$46 mil.

“El cacao va a permanecer en Yamasá por los siglos de los siglos”, afirmó con una sonrisa Ana, de tercera generación de productores.

Nino González, de 75 años, tiene sembradas 15 tareas de cacao en El Mogote. A pesar de que el Bloque 2 ya cumplió 21 años de existencia, González se asoció a esta organización a principios de este año y cuenta que recibió mayores ingresos por la venta de 11 quintales. “Recibí más de RD$11 mil de un completivo, del bloque me sacan cuando me muera, porque los intermediarios pagan lo que a ellos les da la gana”, dijo González.

Los bloques realizan obras comunitarias con una de sus principales fuentes de ingreso, que es el premio del Comercio Justo (FLO), un adicional de RD$150 dólares por tonelada métrica que reciben de los compradores como un reconocimiento a la calidad. En 2006-2007 recibieron US$850 mil por ese concepto.

Temor por la crisis financiera internacional
Andrés Rivera, presidente en funciones del Bloque 2 de Yamasá, expresó su temor de que la crisis internacional provoque que los clientes extranjeros disminuyan sus pedidos y se produzca un derrumbe de los precios. Rivera dijo que los precios del cacao han bajado mil dólares por tonelada en los últimos seis meses. Recordó que para la cosecha 2007-2008, que finalizó en octubre pasado, la tonelada se vendió a cerca de US$2,000.

Emilio de la Cruz, técnico agrónomo, también teme que los productores no reciban en la cosecha 2008-2009 los mismos beneficios que en la anterior. De la Cruz recordó que con fondos provenientes del premio del Comercio Justo (FLO) en varias comunidades de Yamasá construyen obras sociales con una inversión de RD$12 millones. El año pasado fue de RD$8 millones en la reparación de escuelas, iglesias, apadrinamiento de clínicas rurales, útiles escolares para hijos de productores, arreglo y edificación de viviendas en comunidades rurales. Los agricultores también cuentan con el proyecto de ayuda mutua, por el cual reciben RD$20 mil cuando fallece un familiar.