Descuartizador de una dominicana enfrenta cadena perpetua

NUEVA YORK.- El crimen no prescribe. Después de dos años manteniendo su “inocencia” acerca del asesinato de la madre dominicana Reyna Isabel de los Santos, su esposo, el puertorriqueño Edwin Fuentes de 42 años de edad, fue finalmente acusado por el homicidio y enfrenta cadena perpetua. La mujer criolla, desapareció misteriosamente de su hogar en Queens en el 2008 y su caso atrajo la atención de los medios locales, activistas comunitarios y funcionarios electos, al punto de que el entonces concejal Hiram Monserrate y una entidad comunal del condado, lanzaron un amplio operativo de búsqueda por varias semanas, sin ningún resultado.

Cuando fue interrogado por primera vez por la policía el asesino puertorriqueño les dijo a los detectives y a la prensa, que estaba devastado por la desaparición de su esposa y que no dormía pensando en el día que ella regresaría a la casa. Su fatula versión fue la de que su compañera, se había “ido” del hogar sin decirle nada, incluyéndole a él.

Marisol de los Santos, una hermana de la malograda madre, denunció en su momento, que la familia tenía sospechas de que su pariente había sido asesinada por Fuentes, dado el historial de violencia doméstica que éste tenía contra la dominicana.

Tras la intensa búsqueda, en la que la policía no pudo dar con los restos de Reyna Isabel, un grupo de adolescentes que jugaba en un parque de Queens, hizo el macabro hallazgo y notificaron a las autoridades.

El pasado jueves, Fuentes fue arrestado y el viernes acusado en la corte criminal de Queens por el asesinato, desmembramiento y esconder los restos de su mujer. El fiscal de ese condado, Richard Brown, dijo que aunque el boricua pudo evadir a la justicia por dos años, el largo brazo de la ley, finalmente lo alcanzó.

Aún con todas las evidencias en su contra, el boricua se declaró “inocente” de los cargos y sigue detenido sin derecho a fianza. Estuvo casado 10 años con la dominicana que al momento de ser asesinada tenía 42 años de edad. La pareja procreó una hija – Naiomi Tahais Fuentes que reside con una hermana del homicida.

La hermana de la víctima dijo que lleva casi tres años a la espera de que se hiciera justicia. Añadió que al acusar a Fuentes desde el primer momento, supo que no estaba equivocada. El expediente dice que Fuentes mató a Reyna Isabel entre el 19 y el 22 de julio del 2007 en su apartamento situado en el 78-17 de la calle 88 en el sector Woodhaven de Queens.

Después de descuartizar el cadáver de la infortunada dominicana, llamó a la policía para reportar la “desaparición” de su víctima. Dijo que la última vez que la vio fue el 20 de julio del 2007.

Los investigadores notaron rastros de arañazos en los brazos del boricua y una mordida en su mano izquierda. Dijo que las marcas se las había hecho jugando con sus hijos. Luego que los adolescentes hallaron los restos y la morgue los identificó, el forense diagnosticó que la víctima había sido asesinada brutalmente. El hallazgo se hizo el 4 de marzo del 2008 en el parque Forest de Queens.

La policía dijo que aunque recibió confidencias de la conducta violenta del boricua contra la dominicana, la más reciente en abril del 2007, no había pruebas suficientes para acusarlo por el crimen. Una fuente de la investigación reveló a tabloides locales que cuando los detectives de homicidios, hablaron con Fuentes, éste admitió que había sido un carnicero y amenazó con volver a evadir la justicia.

“Seguro que lo voy a intentar”, les dijo a los oficiales. Milagros Pantaleón, una prima de la occisa y que estuvo el viernes en la corte, dijo que el fiscal le aseguró que Fuentes no saldrá jamás de la cárcel. Ella dijo que vio al criminal, la invadió una rara mezcla de sentimientos: ganas de saltar sobre él y también de llorar, pero no tuvo fuerzas para lo primero.

Explicó que aunque la familia de la dominicana esperaba este momento, todos están muy tristes, porque tienen que revivir la trágica historia. Dos hijos de un primer matrimonio de la dominicana descuartizada, residen con Marisol, la tía en Santo Domingo. Ninguno de los parientes directos de la víctima, estuvieron en la corte durante la presentación del criminal.