La Verdad

lunes, 14 de septiembre de 2009

Luz y esplendor en El milagro de Fátima

Nueve décadas después el llamado milagro de Fátima, ocurrido en el 1917, revive en las tablas dominicanas a través de una puesta cargada de intensidad, magia y color que recreó la esperanza y la fe del afamado musical con un elenco de primera que entregó, a través de sus actuaciones y voces espléndidas, un gran mensaje de paz, amor, lealtad a Dios y rechazo a las guerras.

Desde esa fecha, la aldea de montaña de Fátima, centro de Portugal, situada en la meseta de la Cova da Iria, en el sureste de Leiria, ha sido uno de los santuarios marianos más famosos del mundo, visitado por miles de peregrinos cada año.

Los tres niños pastores, Lucía (María Jesús Vargas Camilo), Jacinta (Priscila Maltés Burgos) y Francisco (Joaquín Ruíz), recibieron grandes ovaciones que resaltó la calidad interpretativa magníficamente lograda en sus papeles principales.

María Jesús Vargas Camilo, en una fabulosa Lucía, con una actuación que merece destacar por la entrega tan personal de esta niña que más que la gran actuación realizada, su notable nivel vocal cautivó a los presentes de la noche a través de su interpretación del tema “Bella Señora”.

El Milagro de Fátima, el musical con dos horas y media que pasan volando y un montaje que deriva en un viaje emocional, espectacular y divertido que traslada a los espectadores a tiempos donde la incredulidad, poca fe de algunos, y el deseo inmenso en aras de cambios.

La apuesta teatral presentada por Luis Marcell Ricart (encarnando a Manuel Marto), director general y Danilo Reynoso (Arthur), productor general, así como cada uno de los protagonistas de esta historia, entre ellos: Enrique Chao (comandante Mundias), Claudia González (Olmpya Marto), María del Mar (MAria Rosa dos Santos), Auro Sónico (Antonio dos Santos), José -Checho- Lora (Padre Ferreira), los integrantes de una excelente orquesta sinfónica, dirigida por el destacado violinista norteamericano David Harned Johnson, miembro del staff original del musical y el talento de Angela Bernal con una escenografía adecuada para los tiempos de la historia, mostraron las destrezas de profesionales entregados a la pasión de recrear y a través de sus personajes crear cambios.

Uno de los puntos clave de esta historia y que produce infinitas sensaciones en los espectadores es la destacada actuación infantil.

Cada cambio de color, elementos escenográficos y el gran movimiento escénico hacen de este musical una pauta recreativa en las tablas nacionales con el objetivo de encender cada motor y fibra del arte escénico, garantizando y ofreciendo calidad y esplendor en puestas internacionales como nacionales.

Una gran historia de paz y esperanza

Escrito en 1998 por Barbara Oleynick, la obra se inspira en las vivencias de Lucía, Francisco y Jacinta, los tres niños pastores elegidos para llevar un mensaje de paz en medio de la Primera Guerra Mundial y a los que, según la historia, la Virgen María se les aparece el día 13 de cada mes durante seis meses seguidos, en el pueblecito de Cova de Iría, Fátima.

Este montaje ya se ha representado en numerosas giras en Nueva York, New Jersey y Connecticut.

Entre los temas interpretados en el musical están: “Baile Folklórico”, “Mi País”, “Rosario de Jacinta”, “Jacinta lo dice”, “Mentirosos sólo mienten”, “Si dudo, ¿quién soy yo?”, “Lucía -Dudar de ti”, “No piensa usted así”, “Algo en qué creer”, “Que Dios tenga piedad”, “Baila con el demonio”, “Esto es suficiente”, “Digan lo que han visto”, “De guerra yo no sabía nada”, etc.

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