La Verdad

viernes, 12 de junio de 2009

Cardenal dice el pueblo y la Iglesia vigilan Congreso favorezca la vida

El cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez proclamó ayer ante miles de feligreses que el pueblo dominicano y la Iglesia Católica mantienen “una celosa vigilancia” a la actitud del Congreso frente al derecho a la vida y la condena del aborto.

López Rodríguez manifestó que los dominicanos no permitirán que organismos internacionales impongan costumbres como las del aborto, que no forman parte de la cultura de los dominicanos.

El arzobispo de Santo Domingo, quien habló en medio de un torrencial aguacero en el Estadio Quisqueya, dijo que “se ha demostrado en un gran número de encuestas recientes que el pueblo dominicano ama la vida humana”.

“Y quiere que en la reforma constitucional quede consignado el respeto a la vida”, precisó.

El Cardenal pronunció una homilía con ocasión del Jueves de Corpus Christi, luego de una procesión que inició en el Hospital General Plaza de la Salud, donde una multitud de feligreses de la Arquidiócesis de Santo Domingo marchó hasta abarrotar las instalaciones del Quisqueya.

El prelado dijo que el pueblo y la Iglesia no quieren que los congresistas copien lo que han hecho otros países con recetas de organismos internacionales.

“Si otros pueblos, incluso los supuestamente civilizados están dispuestos a aceptar que les impongan cosas que no están en el alma de su cultura, nosotros como pue blo dominicano no aceptamos eso”, recalcó el Cardenal.

Acusó a “unos cuantos comunicadores” que están vociferando incoherencias sobre la permisibilidad del aborto, a los que la mayoría no les hace el menor caso.

Los evangélicos
Al ser cuestionado por los periodistas sobre las reacciones de grupos evangélicos opuestos a la ratificación del Concordato en la Asamblea Revisora, en relación con la facultad de los matrimonios, dijo que “los evangélicos no tienen Sacramento. Que busquen la forma legal, pero la única que tiene el Sacramento es la Iglesia Católica. Los evangélicos no tienen Sacramento. No creen en eso”, apuntó.


Luego, al preguntarle sobre la reacción de esos grupos de llevar sus protestas ante organismos internacionales, subrayó: “Que vayan donde quieran. ¿Organis mos internacionales a buscar qué? Ningún organismo de esos sirve para nada. Es la República Dominicana actuando soberanamente la que debe tomar sus decisiones, no tiene que venir nadie a trazarnos pautas. ¡Nadie!”

Procesión y acto

A las 4:45 de la tarde la multitud de feligreses salió desde la Plaza de la Salud, por la avenida Ortega y Gasset, al paso lento de la carroza en la que el Cardenal, arrodillado, oraba y elevaba plegarias.

Luego, al integrarse a los miles de hombres, mujeres, niños y ancianos, los aplausos estremecieron el lugar. La ceremonia inició con un cielo nublado que luego se derramó en un copioso aguacero que no impidió que la gente al aire libre continuara clamando al Señor y pidiendo por la salud de República Dominicana, por los conflictos que la atribulan actualmente. La lluvia concluyó veinticinco minutos después, recordando una celebración similar hace dos años.

LOS CATÓLICOS Y SU FE EN LA VIDA HUMANA
Los feligreses de la Iglesia Católica estuvieron desde temprano reunidos en la Plaza de la Salud, y allí, pasadas las cuatro de la tarde llegó el Cardenal, a quien esperaban para iniciar la caminata.

Junto al Arzobispo de Santo Domingo estuvieron desde el principio los obispos auxiliares de la Arquidiócesis de Santo Domingo, monseñores Amancio Escapa y Pablo Cedano.

Estos marcharon, esta vez, contrario al año pasado que hizo un sol implacable y que la procesión inició una hora antes, más frescos, sobre todo porque estaba nublado y el panorama pintaba lluvia por donde quiera que se mirara, la que a mediados del acto cayó copiosamente sobre todos los presentes.


En el ánimo de los católicos estaban las alusiones en favor de la vida, las pancartas, los cartelones y las vallas propugnando por la no modificación del artículo 30 de la Constitición que actualmente es escrutada por la Asamblea Revisora, y que tiene que ver con la vida humana.

Allí los sacerdotes que tuvieron oportunidad de dirigir la palabra se extendieron motivando a la gente en la necesidad de incrementar el amor a la vida, arreciando la campaña para que la Asamblea Revisora mantenga tal y como fue aprobado en una primera lectura todo lo relativo al artículo 30 de la Carta Sustantiva.

El Cardenal hizo hincapié en las tradiciones del pueblo dominicano para insistir en que existen organismos internacionales interesados en que se adopten sus recetas abortistas.

Etiquetas:

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio