La Verdad

jueves, 7 de mayo de 2009

Comunidad Evangélica pide legisladores mantener su voto en contra del aborto

La Comunidad Evangélica Dominicana y el Conjunto de instituciones que la conforman, desde la parte frontal del Congreso Nacional, mantienen firme su posición pro-vida, llamando a todos los legisladores mantener su voto en contra del aborto, porque de lo contrario esto desataría una epidemia de muerte infantil, y cáncer en las mujeres, ya que el aborto destruye su salud reproductiva (física), emocional y espiritual, generando amargura, violencia, inseguridad, sentido de culpa, ansiedad tanto en los médicos, como en los padres que optan por utilizar esa vía para tratar de ocultar la vergüenza y la inmoralidad.

Las entidades evangélicas que las mas conforman más de 7 mil congregaciones mantendrán su lucha en contra del aborto que es la mas vil expresión de degradación de los valores morales y si nuestra nación despenaliza esta práctica le esta abriendo las puerta al mismo infierno.

Dijeron que el aborto es un crimen y que son mercaderes, engañadores, ateos y falto de misericordia quienes promueven esa práctica, sin tomar en cuenta que desde que se concibe una criatura tiene derechos distintos a los de la madre, y que debe ser ella la primera en defender esos derechos, empezando por la vida.

Sostienen que se ha querido justificar el aborto, tomando como pretexto un concepto engañoso promovido por organizaciones pro abortistas y grupos feministas, para abrir una caja de pandora y legalizar el infanticidio bajo cualquier circunstancia y por cualquier motivo. Tal es el caso del llamado aborto terapéutico que de ser legalizado daría lugar al asesinato de niños en los úteros con total impunidad y por cualquier razón que parezca conveniente. Creemos que en el caso de que se presentara una situación especial en la que uno de los dos corre riesgo, la familia y el médico tomarán la decisión sin que esto tenga que estar contenido en la constitución como hasta ahora ha estado ocurriendo.

En el caso específico de un bebé concebido como consecuencia de un incesto y/o violación, el aborto es la forma más segura de garantizar que el ejecutor no sea descubierto y continúe abusando de ésta y otras víctimas, sin que nadie haga justicia por ellas. Más aún forzar a la víctima de incesto a abortar la criatura no borrará el acto, todo lo contrario, causará daños físicos y emocionales durante muchos años. El niño concebido a causa de un incesto o violación no merece la pena de muerte, es el ejecutor quien merece ser castigado.

Les recordamos a los legisladores que la Biblia nos enseña que Dios no solamente es el creador y soberano Señor del universo, sino que es también el supremo legislador y Juez. Dios ha establecido las leyes morales por las cuales todos los hombres deben vivir.

Como legislador y juez, Dios es santo y justo. Estos atributos garantizan que la ley de Dios siempre será apropiada y recta. Sin Dios, no puede haber ninguna ley, ninguna definición o certeza de lo que es justo o injusto, bueno o malo. La esencia de la ley de Dios es amar a Dios y amar a los demás como a nosotros mismos.

Pedimos a los señores legisladores a no dejarse presionar por ningún sector nacional e internacional que obedeciendo a diseños preconcebidos que atentan contra la familia implantaría una cultura de muerte y culpabilidad por lo que reafirmamos nuestra posición de que el aborto debe continuar penalizado tal como lo está en nuestra actual Constitución, ya que esta práctica ofende y rebaja la dignidad de la vida humana, considerada como un don sagrado otorgado por Dios.

Los argumentos que favorecen el derecho de todo ser humano, desde el momento de su concepción no pueden ser menoscabados ni ignorado bajo ninguna circunstancia ni alegato. Si se viola la vida en su principio y gestación los demás derechos carecen de sentido. La vida humana es sagrada y debe ser respetada en cualquiera de sus etapas.

Se quiere legalizar el aborto bajo el argumento de que hay que respetar el derecho que tienen las mujeres de tomar decisiones sobre su propio cuerpo. Este es un argumento que violenta la ética si admitimos que cada vida humana es única y sagrada y merece respeto desde el momento mismo en que biológicamente se da por concebida.

La despenalización del aborto es inaceptable porque el derecho a la vida no es una concesión del Estado, es un derecho anterior al Estado mismo y éste tiene siempre la obligación de tutelarlo. Tampoco debe el Estado agenciarse el derecho para establecer un plazo, dentro de cuyos límites la práctica del aborto dejaría de ser un crimen.

Nosotros esperamos que por la vida y el bienestar de todos la despenalización del aborto no prospere, pero que sirva para abrir un espacio de discusión constructiva sobre los valores que de forma integral deben ser considerados para que todos alcancemos un nivel de convivencia sano y dentro de una mayor armonía con lo que Dios estable en su Palabra.

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