Servir y proteger, pero con mejores condiciones
Por Manuel Frontán
El Jefe de la Policía, mayor general Guillermo Guzmán Fermín, quizás no esté conciliando el sueño en los últimos días por los hechos bochornosos de algunos de sus agentes. Pero una cosa sí es segura: está dando la cara en todos los escenarios.
Los apresamientos por vinculación al narcotráfico tanto en Puerto Plata como en Bonao son referencias de que las manzanas podridas no caben en las filas policiales.
Ya en una ocasión anterior, el caso de Paya en Baní, el Jefe dio muestra de que no apaña las “travesuras” de sus muchachos.
La sociedad debe seguir respaldando la labor de profilaxis en la Policía, sin embargo, la institución debe ganarse más la confianza de un pueblo que ve como día tras día se informa de apresamientos y sometimientos de agentes envueltos en acciones reñidas con la ley.
Lo justo es que los responsables de corrupción paguen y los que no, que sigan laborando, porque no se puede manchar el trabajo de un oficial o subalterno, que por estar cerca le salpicó el escándalo.
Guzmán Fermín ha sido objeto de reconocimientos de muchas instituciones últimamente y vienen más.
La gran mayoría lo apoya- y apoya todas las medidas de saneamiento dentro de la institución. Pero no hay dudas de que la Policía necesita una reforma profunda.
Los últimos procesos de profesionalización y tecnificación tanto en el país como en el exterior han hecho muy poco.
¿De qué vale la entrega de vehículos nuevos y aparatos de comunicación de alta tecnología si los policías no reciben una paga adecuada?
Hay que garantizar un salario digno para luego arengar a los policías a servir y proteger a la patria y al ciudadano.
Hay que garantizar vivienda y alimentación a esos hombres que arriesgan su vida por defender las de otros.
Por ahí se puede recomenzar a trazar la nueva policía, la policía que quiere la inmensa mayoría del pueblo.
Etiquetas: MI ESQUINA
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