La Verdad

lunes, 22 de junio de 2009

Estamos secos

Por Manuel Frontán

La producción agropecuaria en las provincias Azua, San Juan y Elías Piña está aniquilada de manera considerable por la prolongada sequía que azota a la región.

En los últimos seis meses ha provocado la muerte de decenas de animales, principalmente reses.

Es tan grave que la siembra de arroz debió iniciarse el primero de mayo pasado, pero hasta el momento esto no se ha producido por falta de agua suficiente en la presa de Sabaneta.

Según agricultores, la actual sequía es las más extensa en la última década.

La poca agua que tiene la referida hidroeléctrica, la junta la está utilizando para mojar los frutos menores que están en pie en el valle de esta provincia, abastecer los acueductos y dar de beber a los animales, en especial al ganado vacuno.

No solamente la producción agrícola ha sido afectada por la sequía, ya que el 60 por ciento de los residentes en esta ciudad no reciben agua por las cañerías del acueducto, y hay sectores donde el líquido no llega desde hace cerca de un mes, según reiteradas denuncias.

En la zona de Las Matas de Farfán la situación es peor, ya que los ríos Yacahueque, Macasías y Cachón apenas se les pueden ver unas pequeñas láminas en sus cauces.

No hay agua

El mejor ejemplo son los ríos Ocoa, Yubazo, Nigua y Baní, con poca agua en su cauce, pero cuando llueve destruyen puentes, sembradíos, viviendas y todo lo que encuentran a su paso.

La Academia de Ciencias de la República Dominicana y el equipo ambiental de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) entienden que el mayor aporte a la desertificación de la isla proviene del mismo gobierno que otorga concesiones en áreas sensibles para la producción de agua.

Consideró que hay una contradicción en las políticas medioambientales, porque mientras el secretario de Medio Ambiente, Jaime David Fernández, mantiene un programa de siembra de árboles, la Dirección de Minería da concesiones para explotar áreas sensibles.

El subsecretario de Suelos y Agua de la Secretaría de Medio Ambiente, Manuel Serrano, explicó que República Dominicana no se ha quedado cruzada de brazos respecto el tema de la desertificación y, mediante programas de concienciación, trata de cambiar el patrón de conducta sobre el uso del suelo.

Destacó que las zonas más vulnerables a la desertificación son el Valle de Neiba y el Suroeste y Noroeste del país, por la falta de reforestación en las cuencas altas y el uso abusivo del agua.

La Secretaría de Medio Ambiente asegura que trabaja para recuperar y proteger la cuenca del río Artibonito (provincias Dajabón y Elías Piña), zona que se encuentra devastada por las continuas labores agrícolas que desarrollan dominicanos y haitianos, en terrenos con pendientes muy pronunciadas y vocación forestal.

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